google-site-verification=gZoeX2wyh44YE8pVBsxNR7U4YFChlDtKKj3Zr-EnkrQ

La propuesta del Parque Las Mareas adopta la tipología de plaza programada, donde el espacio público adopta una forma híbrida, abierta, adaptable, al servicio de la ciudad, la comunidad y el medio ambiente.

Contempla una propuesta de diseño que integra las condiciones del entorno urbano con condiciones que propicien el desarrollo de flora y fauna propias del paisaje nativo de la costa central, mediante, la creación de interioridades para el libre desarrollo de ecosistemas silvestres y, atractivas relaciones con el tejido urbano, la geografía y la biología circundante.

El diseño propuesto considera la creación de una nueva topografía, impulsada por los objetivos de incrementar la superficie de uso público, diversificar los elementos del paisaje, ofrecer protección ante eventuales desastres naturales y, por último, generar lomas que ofrecen gran visibilidad y valles para la captación de agua, humedad, protección de los vientos y la contaminación acústica.

La propuesta es, a la vez, parque urbano, edificio y paseo ciclo peatonal, representado en tres dimensiones proyectuales: manto vegetal regenerativo, centro multifuncional con oferta de servicios y, por último, espacio recreativo y biológico-cultural.

El parque urbano se entiende entonces como un espacio de fomento de la conservación y educación ambiental que se hace cargo de reestablecer conexiones biológicas con el sistema de áreas verdes urbanas, además de, proveer seguridad, bienestar y recreación a través de la integración con la naturaleza, tanto para la diversidad de habitantes de la ciudad, el turismo estacional, como para la comunidad próxima.

Una invitación a los habitantes y a la naturaleza a recolonizar un territorio disponible, mediante conexiones que abren la posibilidad de un acceso al mar, sin barreras ni obstáculos, concordantes con las necesidades urbanas del entorno, reconociendo las necesidades de las diferentes especies que lo habitarán con el paso del tiempo.

Aspectos esenciales

  • La forma y programa del parque deviene de un trabajo, primeramente, con la superficie, y está interpretada como la posibilidad de conciliar un manto vegetal regenerativo, como fuerza generatriz de la recuperación y desarrollo de la vida silvestre.

  • Segundo, con el reconocimiento del paisaje de borde costero en su condición de planicie litoral y acantilados, de superficie arenosa alterada por contaminación previa y biorremediación posterior, y, por consiguiente, la concatenación de la posibilidad de plegar la superficie como olas del mar que enfrenta, lo cual incrementa el área verde pública en al menos 10% de la superficie original, además de otorgar particularidades y condiciones específicas para el desarrollo de un ecosistema natural y enriquecer la especificidad de las actividades propias de un parque urbano.

  • Tercero, la superficie sinuosa responde a condicionantes climáticas del viento y humedad; en laderas orientes y bajos conservan humedad, además de proteger de los vientos.

  • Cuarto, funciona como protección y disipador ante eventuales tsunamis.

  • Quinto, reconoce como hitos estructurantes internos al mirador, bajada, avenidas y paseo costero de su entorno urbano inmediato.

  • Y, por último, la posibilidad de albergar un programa arquitectónico comercial para sustentar la mantención del parque y del aula, fomentando la cultura, integración social y economías locales, al brindar capacitación técnica y educación ambiental en torno al geofitario, herbario, visitas guidas, albufera, y paisajismo del parque, en eje con las políticas de sostenibilidad necesarias para abordar las problemáticas climáticas propia de nuestros tiempos.

El trazado del Parque responde a las condiciones urbanas preexistentes, de oriente a poniente establece una conexión peatonal accesible desde la población Santa Inés, mediante el Mirador y el Paseo de la Quebrada, extensión de 19 Norte, otorgando una vía expedita y directa hacia el mar y el paseo de Borde Costero. Además, de norte a sur, genera la continuidad necesaria para vincular los dos paños del nuevo desarrollo. Y en último término, se reciben los flujos que ingresan al parque desde el norte y el sur en ángulos opuesto para generar una espacialidad que disipe el flujo en una invitación al disfrute del parque.

Ofrece la posibilidad y da cabida al desarrollo de economías y emprendimientos locales y, por otra parte, se plantea como un modelo de sostenibilidad que basa su equilibrio en cuanto a los beneficios que genera y los recursos necesarios para su mantención.

Un parque emplazado frente al mar, que llega transversalmente del cerro al borde costero, y longitudinalmente de la ciudad consolidada al nuevo barrio de Las Salinas.

¿Qué puede ser más gravitante que esto para determinar el gran valor cultural de este espacio? Es por esto, que se propone “hacer cultura” también desde la manera de generar espacios de encuentro, de interacción humana que se ven envueltos en una temática interpuesta entre el medio antrópico y el medio natural. El Parque Las Mareas propone con ello poner en valor el agua, invitando a los visitantes a entrar y quedar envueltos en un programa que juega con el agua, que la recibe, la reutiliza, la deja recorrer, la expone, la otorga para el visitante, las aves, las abejas, las plantas… en definitiva, a todos los seres vivos reconectándolos nuevamente con el territorio y entre ellos mismos.

Un proyecto que mira el mar, mira el agua, y mira a todos los que se nutren de ella, y los invita a hacerse parte de la fiesta de la vida exuberante mediante la recreación; para que todo el que llegue, recorra, contemple, permanezca y descanse en una naturaleza prístina frente al mar… que está a la vuelta de la esquina y que fue rehabilitada por la misma ciudad que la degradó en el pasado, y que ahora entrega a las generaciones futuras con un nuevo destino.

Es para este nuevo modelo de Parque Urbano, que la forma engloba la transformación del relieve del predio como olas del mar, de la arquitectura soterrada a la manera de una quebrada con interiores de usos flexibles, con una iluminación que permita ver sin encandilar y observar las estrellas, el tratamiento de pavimentos y manejo de aguas que almacena y devuelve al ambiente el agua le llega, la rehabilitación de un piso vegetal originario que reconecte biológicamente la trama urbana con el ambiente natural.

Con el objetivo de contribuir al cambio cultural de incorporar a todos los seres vivos en el hacer ciudad, se propone que sea la investigación y seguimiento científico del proceso de rehabilitación del ecosistema originario de Viña del Mar, el modo en que el parque contribuya a la cultura; y que el programa para llevarlo a cabo sea un Aula Educativa Ambiental, que se sume a las actividades del laboratorio vegetal existente y de la unidad de aprendizaje del proceso colaborativo publicados en la web de Las Salinas.

Lugares y usos

El Parque fundamenta la fuerza de su propuesta vegetacional en atraer y acoger de regreso la flora y fauna propia del lugar conformando un corredor biológico cerro – costa, variando asociaciones vegetales según el relieve y cercanía, altura, resguardo o enfrentamiento con el borde costero y el efecto que éste produce a través del viento y humedad ambiental.

Se busca atraer y acoger diversidad de actos recreativos del ser humano, individuales y colectivos, que puedan tener cabida en la variación del modelado paisaje del parque, su entorno natural y urbano; proponiendo la recreación con modos: pasear, mirar, explorar, encontrar, compartir; y lugares: el encuentro, la contemplación, el aprendizaje y el esparcimiento.

A. BOSQUE CON GRAN PRESCENCIA DE PALMA CHILENA

Se reconoce el bosque existente del farellón, como un fragmento truncado de un corredor biológico mayor. Aquí se introduce la Palma Chilena para conformar un atrio natural que con sus troncos monumentales de 30 m de altura y la singularidad de su forma, transformen el bosque y avenida en un lugar emblemático de la ciudad. Es un bosque para inmiscuirse completamente en la naturaleza, recostarse en el pasto, jugar y descansar. Invita un caminar pausado, exploratorio en conexión con el entorno.

B. GEOFITARIO Surge de la doble necesidad de regalarle a cualquier visitante del parque una experiencia única que no exista en otro lugar, como también de atraer personas de otras regiones a visitar el parque, como sucede con el Cactario del Jardín Botánico. Se propone geófitas, porque son especies endémicas, poco conocidas por el común de las personas, pero de gran belleza, interés biológico y comercial; como las alstroemerias y orquídeas. Se propone el Geofitario como paseo de carácter familiar, pausado y educativo, que potencie las visitas guiadas para escuelas y colegios promovidas por el Aula Educativa Ambiental.

C. PASEOS MIRADORES

Paseos de recorridos sinuosos que permiten el paseo peatonal lento, con niños, en bicicleta o sillas de rueda, por entre las masas arbustivas, zonas de césped y cimas de las lomas, permitiendo la contemplación de vistas panorámicas y de rincones de interés, de descanso y goce, así como de caminares deportivos, ágiles, de trote, un caminar a veces empinado, forzado, lento y en otras de descenso y rápido.

D. EXPLANADA

Una amplia explanada mayoritariamente de césped para el uso intensivo de grandes aglomeraciones de personas, para ferias y encuentros masivos, para recostarse y descansar, para jugar y correr; una especie de playa de césped.

E. ANFITEATRO:

Un pequeño anfiteatro al aire libre, al costado del bulevar, para ser espectador de lo que sucede, de los espectáculos callejeros habituales del Paseo Recta las Salinas y de Calle Valparaíso, de lugar de clases deportivas o relajo al aire libre.

F. ALBÚFERA Y ESTAR COLECTIVO

Para disipar la fuerza de posibles tsunamis se propone emplazar una depresión al poniente del parque, y como reconocimiento de la antigua albufera que da el nombre a Las Salinas, se la nombra así. La vista privilegiada al mar, su cercanía a la playa, la circulación constante de personas por 19 Norte más la vegetación propuesta, otorgan a la albúfera la oportunidad de transformarse en un lugar de estar al aire libre familiar y colectivo, para picnic y juegos, recogiendo la playa al interior del parque. Se introducen rocallas por los bordes para propiciar refugios a microfauna, juegos de niños y asientos como sucede en la Av. Perú.

G. BULEVAR

Después del tren de olas vegetal que conecta el borde costero con la ladera del cerro, está este gran eje profundo que se sumerge en el terreno y sale a flote en sus extremos, transformándose en un bulevar, dando cabida en su mayoría a caminares de distinta índole, de paseo y sin destino, de tránsito de paso, de caminar funcional que simplemente conecta. Por otro lado, acoge la permanencia de shows callejeros, música en vivo, malabarismo, pantomima, entre otros, en determinados puntos disgregados dentro de éste con el respectivo público que aprecia de ellos. Muestras culturales y exposiciones itinerantes (escultura, pintura, fotografía relacionada a la historia de la ciudad de Viña del Mar, a Las Salinas, a su flora, a su fauna, al mar, etc). Además de juegos, saltos, corridas por alrededor y sobre los juegos de agua, además de atractivas escaladas en los muros conformadores del bulevar; y la presencia de vegetación arbórea, arbustiva y mobiliario que generan rincones y remansos dentro de éste.

H. PARQUE LINEAL Y PUENTE MIRADOR 7 ASIENTOS

El Parque Lineal del Plan Maestro conecta peatonalmente la ciudad consolidada con el nuevo barrio, entonces se propone crear un hito en el cruce con el Parque Las Mareas, para valorizar el nuevo modo de hacer ciudad integrando a la naturaleza. Para esto, se toma el partido de un puente para quedar suspendido en el punto que se tiene la visión del todo congregado: naturaleza – ciudad y bulevar-centro multifuncional-manto vegetal.

La forma sinuosa del puente propone agregar el modo de recorrer orillas – como el caminar agreste entre Las Salinas y Concón – al turístico caminar lineal de borde costero de la Recta Las Salinas. Luego se emplazan 7 asientos circulares dentro del puente, para invitar a la pausa en la contemplación de la fusión del paisaje natural con la trama urbana a los pies del acantilado, y complementar al característico Mirador 14 Asientos sobre el acantilado.

I. ORILLA 19 NORTE

Se reconoce la historia de la bajada a la playa desde Santa Inés, el característico caminar zigzagueante y despreocupado cuando se baja a la recreación. Este acto tantas veces observado por quienes viven en la ciudad, merece una acera diferente. Se propone generar remansos en este perímetro del parque, para incorporar la playa al parque, en el modo de caminar orillando.

Se le da cabida a las permanencias en terrazas, mesas, bancas, jardineras arboladas, con comida y comercio al paso, lo que genera encuentros sociales bajo la sombra de los árboles y cobijo de la vegetación arbustiva; el compartir, comer, dialogar entre grupos menores: familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc., además de acoger en algún momento ferias itinerantes, lo que lo convierte en un espacio polivalente

Anteproyecto de Paisajismo: un Corredor Biológico en Acción

El parque está pensado más allá de un área verde o un paisajismo bonito y bien conformado, está planteado para que realmente funcione como un ecosistema, y no solo lo aparente. Eso implica entender y comprender muy bien cuáles van a ser las especies escogidas y cómo ellas se expresan y distribuyen como un corredor hacia las diferentes asociaciones cercanas, para que los polinizadores las entiendan como una autopista de polinización. Por ello el parque debe tener una fenología (expresión de la floración) donde las especies vayan floreciendo subsecuentemente y se imbriquen entre sí, conformando una oferta permanente a los polinizadores para que vayan sucediéndose de una a la otra en el tiempo. Esa es la visión de corredor biológico en acción, una visión naturalista, más que paisajista.

La vegetación busca dialogar, en primer lugar, con el matorral xerófilo de los acantilados costeros colindantes y en segundo lugar con el componente arbóreo del bosque mediterráneo costero de hoja dura presente en las quebradas esclerófilas cercanas. En concreto se generará una continuación, réplica y mayor densificación de la vegetación arbórea propia de la ladera en la primera gran zona que limita con ésta, la cual irá perdiendo densidad hacia el borde costero, donde aparecerán nuevas especies más arbustivas, achaparradas, herbáceas y rastreras, transformándose en ciertas partes en una vegetación densa, más verde y en otras más xerófita, secana, espinosa y pedregosa, con ciertas intervenciones de superficies amplias de césped, muy útiles para el accionar del ser humano en grandes masas, con combinaciones de especies resistentes al entorno salino y considerando las variaciones de retención de humedad de las partes superiores de las lomas que suelen erosionarse o desecarse por efectos de la gravedad en el agua.

 

LAMINAS

VISTAS